HISTORIAS PERDIDAS DE LA TIERRA
Mi viaje a Tepoztlan y Los seres del Tepozteco.
Abril 20 2000 diario de una aventura
Me fui a tepoztlan a conocer, había cumplido mis 20 años y según yo, ya tenía que tener un plan de vida bien definido de vida y este era viajar, en la aventura, ahora comprendo que es parte de esa etapa de vida pues bien así que agarrando mis ahorros para este viaje tome la mochila heredada por uno de mis hermanos y la llene de ropa, comida unos libros, cobijas y cuadernos y me lanze a tomar el camión para la central del norte, pues vivía en el bajío y tenía que tomar dos autobuses para llegar a Morelos en dónde está tepoztlán viaje alredor de 7 a 8 horas y llegando a la central de cuernavaca tome un camioncito a tepoztlán.
Al llegar ahí note que el pueblo era una suerte de destino obligado para mochileros, la comida a buen precio para viajeros como yo, las calles nostálgicas pero conservadas, la iglesia pequeña y con un aura mística que, en ese entonces yo apreciaba mucho, mi plan era quedarme unos cuantos días, tal vez una semana máximo, sin contar que guardaría el dinero para mí viaje de regreso, pero eso no pasó así y ahora les cuento porque.
Al llegar ahí todo transcurrió normal por así decirlo, osea que baje del camioncito y recorrí las calle de aquel pueblo super rápido, de hecho ese mismo día subí a el observatorio prehispánico que está en la punta de un peñasco, lugar interesante para poner un observatorio, en fin nada más paso que las actividades comunes de un turista más, encontré alojamiento en casas de doña lucha, una señora de unos 45 años en ese entonces, que se veía conservada y buena en todos los sentidos ahí la renta del cuarto no sobrepasaba los $80 pesos por noche y además te incluía el desayuno, que por cierto además la señora cocinaba deliciosamente.
Pase así unos dos o tres días más o menos entre leyendo, dibujando y llendo a conocer diversos rincones del pueblo, que si la iglesita, que si la cascada, que si la casa de Don Pánfilo donde vendía pulque y te ponías unas pedas deliciosas, no se si aún exista o este hablando en otra dimensión, puesto que el sábado siguiente pasaron sucesos que para mantener la emoción de la historia diré que no se que pasó, porque después ya entrando los años supe en verdad que sucedió, aunque en ese tiempo aún nos sabía así que fue sorpresa para mí, además que hacia tiempo que el pueblo se daba a notar no solo por sus ruinas prehispánicas si no también por la visita de ovnis desde quien sabe que épocas porque don Pánfilo platicaba que su abuelo ya los mencionaba con unas bolas de luz azul y rosa y que se miraban casi por la punta del Tepozteco, pues bien ese sábado llegaba un sobrino de don Pánfilo que había ido a la Capital a traer unos mandados para la Casa de Don Pánfilo y con el cual pasaron estás cosas extrañas que relataré, pues bien el sábado llegó Martín que así se llama el sobrino yo estaba bebiendo un pulquito muy rico y platicando con un canadiense y una chica japonesa que estaban ahí también, Don Pánfilo se había acercado a platicar con nosotros y estaba conversando lo de los ovnis y a los tres nos tenía con toda la atención puesta en sus relatos y fue ahí cuando menciona a Martín pues decía que Martin desde muy chico le gustaba subir a el Tepozteco a campear, cabe mencionar que la región es semi húmeda con calor húmedo casi templado pero en el Tepozteco se levanta una gran neblina y es cuando las cosas raras pasan.
Pues bien ya con dos litros de pulque en las venas o eso era lo que yo pensé que llevaba tomando el fresquito de la tarde no se sentía tanto, pero lo curioso del pulque es que te embriaga pero no te quedas Lelo como con otras bebidas más bien te alegra el corazón y te hace alegre bueno eso es en mi caso, llegó Martín y saludo a su tío y a todos en la mesa se presentó y nosotros a su vez hicimos las presentaciones Yuki y Alfred de presentaron y obvio yo también, su tío le dijo a Martin que se sentara con nosotros para que nos hiciera plática de como le gustaba ir a tepozteco y le comento que estábamos interesados en ir en una excursión para allá al día siguiente, a lo que Martín accedió con agrado ya que con una luz en sus ojos nos menciono que le encantaba subir ese cerro, que desde niño se sentía atraído por el, bueno pues si tío se excuso porque la tía le llamaba a hacer sus cuidados con sus hijos más pequeños y que solo lo estaba esperando a él para que nos pudiéramos de acuerdo para el día siguiente osea el domingo, Martin se sirvió un pulque no sin antes pedirle permiso a su tío y saludar a toda la familia, mientras eso pasaba nosotros en la mesa conversábamos acerca de las historias que nos habían contado, Alfred nos relataba que en Ontario había muchos avistamientos pero que casi no se hablaba de ello, a lo que Yuki dijo que en Japón se aceptaba como un hecho que había extraterrestres pero que también no se le daba mucha importancia por los medios pero había mucha gente creyente y que ella principalmente viajo a México para conocer los lugares mágicos de nuestro país, yo por mi parte relataba los cuentos y las historias que había escuchado de niño sobre brujas, duendes y un avistamiento masivo de ovnis un 16 de septiembre del 89, al poco rato Martin se acercó a nosotros y se nos quedó viendo mientras tomaba su pulquito y se sonrió, nos dijo saben, no se porque pero yo los soñé anoche y sabía que estaríamos aquí para ponernos de acuerdo y subir, en ese momento todos nos quedamos callados y nos volteamos a ver, un poco sorprendidos pero sin más comenzamos a hacer broma, Martín por su parte también se rió y nos comenzó a platicar que a él le gustaba mucho subir al cerro porque ahí el sentía una paz enorme y volteo a verme y me dijo además siento como que no pertenezco a este reino, sabes a qué me refiero? Me preguntó, pero no supe que responder pues estaba enpulcado que me quedé como de una pieza.
Pues bien ya eran como las 9 de la noches y terminado de ponernos de acuerdo cada quien se fue a su respectivo sitio, habíamos quedado de vernos ahí en casa de su tío a las 6 de la mañana porque el decía que recibir un poco de rocío en el cerro era beneficioso para la salud además que nos dijo que lleváramos algo de comer y agua bastante porque seguro nos daría mucha sed ya que no estábamos acostumbrados a subir el cerro y tenía razón, además nos dijo que el por su parte llevaría el almuerzo para todos con mucho gusto, bien no hubo más que decir y todos, Yuki y yo nos fuimos a con doña lucha y Alfred se fue a su hotel al único del pueblo como tal, llegamos al alojamiento haciendo ruido a lo que doña lucha nos invitó unas gorditas para que se nos bajara la empulcada y le dió consejos a Yuki de que no se dejara manosear mientras estaba tomada, cosa que ni al caso porque no tenía yo al menos intención de ser manchado con ella, por alguna circunstancia nos dimos un beso y una faje delicioso Yuki se sonrojo y dijo algo en japonés y luego se disculpó y se fue a su dormitorio y yo me quedé así como, que pasó, de a seis diría, jajajaja muy romántico el asunto, por esos días yo veía mucho anime y leía manga así que era una historia soñada casi casi, jajajaja pero super rosa porque nada más paso, en fin me fui a dormir empulcado y cachondo y tuve a bien darme una buena masturbada y a dormir como lirón, puse en mi reloj despertador de muñeca Casio la alarma a las 5:30 y me descanse.
Esa noche después de que llegamos a casa de doña lucha se dejó caer un mega aguacero y doña lucha como ya le habíamos contado que iríamos temprano al cerro, nos indico que igual sería mejor esperar a ver si no había neblina porque allá arriba se pone muy denso decía y que como conocía a Martín el tampoco iría si había neblina, en fin la noche sigui y el aguacero también. A la mañana siguiente solo mi alarma exactamente a las 6 no a las 5:30 como la había puesto y me levanté desconcertado y todo acelerado para salir corriendo a la aventura de subir el cerro del Tepozteco en la mañana, pero cual mi sorpresa que Yuki aún estaba dormida, el pulque para ella había Sido muy poderoso y ella al parecer no sabía tomar aunque era mayor que yo por 3 años, sera que los mexicanos tenemos higado fuerte, en fin medio credo (entre crudo y pedo) me lance a la cita con Martín y llegó y ahí estaba platicando con Alfred que también se veía medio madreadon pero no tanto como yo jajajaja aunque me sentía bien al parecer tenía la expresión de que hubiera arrollado un tren o al menos eso fue lo que dijo Martín, yo lleve dos botellones de agua y en un ratito casi me acabo uno, pasamos a dónde su tío para desayunar algo ligero pues ni Alfred no yo llevamos nada de comer y Martín se lo había imaginado así que decidí comer también con Pánfilo, el desayuno estuvo delicioso pues consistió de cecina de Yecapixtla con frijolitos y arroz un café de olla tradicional de pueblo obvio y pan dulce sin levadura Huy que rico que me devolvió el alma al cuerpo, tomamos nuestras cosas y salimos por ahí de las 7 Martín se explico diciendo que había preferido hacer más tiempo porque había llovido y que no era recomendable ya sea subir temprano o tarde con la niebla.
(Fin de la primera parte).